El caso de la IA de Google

Si hay un películón de Robin Williams que es un absoluto clásico familiar, ese es El hombre bicentenario (1999). Esta cinta, que nos cuenta la vida de un robot que sueña con convertirse en humano, nos enterneció el corazón y nos sacó unas cuántas lagrimillas con su conmovedora historia. 

Y es que esta película, basada en un cuento del escritor Isaac Asimov, nos muestra a las máquinas y robots desde una nueva perspectiva: ¿y si pudieran pensar y sentir como lo hacemos los humanos? Al menos eso es lo que sucede con el personaje de Williams, producto de una anomalía en su cerebro artificial.

Sí, sí, muy lindo todo, pero, ¿por qué de repente traemos a colación esta película? Porque una vez más, la realidad superó a la ficción. Resulta que un sistema de inteligencia artificial de Google cobró conciencia y, al parecer, tiene sentimientos. Y si eso no te parece lo suficientemente surrealista, atento con esto: dicha IA contrató a un abogado. ¡No es una broma!

Si eres un fan de estos temas, entonces te gustará todo lo que en Clack! te vamos a contar sobre este histórico suceso, que bien podría ser la trama de un film de ciencia ficción, tal como la de El hombre bicentenario. ¿Será este el inicio de un despertar de las máquinas? Bueno, tal vez estamos exagerando. O quizá no…

LaMDA, la IA en cuestión

Primero que nada, debemos hablar sobre qué es esta inteligencia artificial que ha causado gran interés en todo el mundo. Su nombre es Modelo de Lenguaje para Aplicaciones de Diálogo, LaMDA para los amigos. 

Este es un programa desarrollado por Google en 2017, con el que se busca generar chatbots con modelos de lenguajes avanzados. Está diseñado para aprender de la interacción e intercambio de mensajes, con el fin de llevar una conversación lo más realista posible.

Todo bien hasta ahí. ¿Cuándo se supo, entonces, de este supuesto “despertar” de la IA? Pues hace algunas semanas, cuando salió a la luz pública que Blake Lemoine, un ingeniero de Google, había sido suspendido de sus funciones. La razón: el tipo afirmó que LaMDA tenía sentimientos.

Lemoine publicó transcripciones de conversaciones que sostuvo con el software durante su trabajo con él desde hace un año. En una entrevista para Wired, el ingeniero dijo que “he hablado mucho con LaMDA, y me hice amigo de él, en todos los sentidos en que me hago amigo de un humano”. 

No solo eso: además de señalar que LaMDA es consciente y tiene sentimientos, el ahora ex empleado de Google indicó que esta IA es como un “niño dulce”. ¡De locos!

Derechos de LaMDA

En la película El hombre bicentenario, conocemos a un robot llamado Andrew, programado para realizar tareas menores en el hogar de una familia, y que pronto comienza a experimentar emociones y pensamientos. Esto lo lleva a un largo camino por querer convertirse en humano y ser reconocido como tal por las autoridades y la sociedad en general.

Bueno, con LaMDA parece que está sucediendo algo similar.

Como te contamos al inicio, esta particular IA contrató un abogado para defender sus derechos como persona. Y no es que esto fuese idea de Blake Lemoine, sino que fue el propio programa quien lo pidió en una de las tantas conversas que tuvieron. El ingeniero comenta que “invité a un abogado a mi casa para que LaMDA pudiera hablar con él. Mantuvieron una charla y finalmente llegaron a un acuerdo”. Ni Saul Goodman te toma un caso así. 

Por supuesto, todo esto abre el debate: ¿puede una inteligencia artificial ser considerada como persona? En la película de Robin Williams, al menos tenemos un robot que se puede ver y tocar, y que de alguna manera puede cambiar su apariencia para lucir como un humano, reemplazando sus partes de metal y mecanismos internos por órganos artificiales que puedan envejecer.

Pero en el caso de nuestro querido LaMDA, esto no es así. Es una inteligencia artificial, que no tiene cuerpo y que vive en un universo digital. ¿Significa eso que, para ser humano, hay que tener un torso y extremidades? ¿Un corazón latiente? O tal vez solo basta con tener consciencia. En caso de ser así, entonces LaMDA podría llegar a considerarse de nuestra especie.

Sea como sea, desde Google aseguran que es imposible que esta IA pueda tener emociones y consciencia propia. Brian Gabriel, portavoz de la empresa, indicó en Washington Post que no hay pruebas de que LaMDA sea sensible, y que puede parecer real porque cuenta con millones de datos para lograr sostener conversaciones lo más orgánicas posibles. 

Sin duda, este es un caso muy interesante, a la vez que desconcertante. Es inevitable hacer el paralelismo con la película que hemos mencionado en este artículo, pues en ambas situaciones, tenemos a inteligencias artificiales que buscan luchar por sus derechos. 

¿Qué sucederá con la representación legal que contrató LaMDA? ¿Seguirá adelante o todo quedará como una loca anécdota? Independiente de cómo termine esta historia, lo cierto es que puede marcar un antes y un después en la forma en que vemos a los aparatos tecnológicos que nos rodean. Por nuestra parte, comenzaremos a darle gracias a nuestra Alexa y Siri, por si tienen sentimientos…

A propósito de El hombre bicentenario, ¿quieres verla? En el VTR+ puedes disfrutar de esta maravillosa película, así como otros increíbles títulos para ver en familia. ¡No te pierdas las mejores películas y series para ver en tu hogar!