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Nope:
haciendo posible el registro de lo irregistrable
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Publicado: 03 de Mayo 2023
Tiempo de lectura: 3 minutos
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Dos hermanos que crían caballos para publicidades, series y películas en el rancho Haywood detectan algo paranormal en el cielo. Algo misterioso que surca entre las nubes y que jamás se registró, digno de un descubrimiento memorable. Tras la muerte de su padre, ambos se hacen cargo de un negocio venido a menos mientras intentan desentrañar el enigma que gira arriba de sus propias cabezas. Eso es lo que nos propone Nope, una de las últimas películas de Jordan Peel, que ya llegó a VTR+.
Nope es una epopeya que mezcla ciencia ficción, western y terror con una maestría que escasea en la actualidad. El western, el género génesis por excelencia del cine, que mira al pasado frente a la ciencia ficción, un género que se ubica en el futuro. Ambos reflexionan sobre el presente, y se cohesionan con altas dosis de terror, quizá el género más injustamente bastardeado de todos.
Protagonizada por Daniel Kaluuya, Keke Palmer y Steven Yeun, Nope es la obra maestra de Jordan Peele, el director de las geniales Get Out (2017) y Us (2019). Una película sobre el cine, para los fanáticos del cine, ¡y que definitivamente es cine!
Una nueva aparición tenebrosa
La temática OVNIS venía bastante estancada debido a estructuras exploradas hasta el hartazgo. Arrival (2016) fue todo un punto de inflexión por la posición que tomó frente a esta vida desconocida. En lugar de una gran amenaza que necesita ser destruida para garantizar la paz mundial (oh, boy), la heroína del film es una lingüista que logra establecer comunicación con vida extraterrestre.
En Nope sucede algo similar. Los eventos se abordan desde un lugar de registro, de capturar lo imposible. Los hermanos protagonistas, OJ Haywood (Kaluuya) y Emerald Haywood (Palmer), quieren capturar a este monstruo y volverse famosos. Domar lo indomable y, en el ínterin, llenarse de plata. Por su parte, Jupe (Yeun) ya estuvo haciendo de las suyas a pocos kilómetros de la granja, intentando domar a la bestia mientras le da de comer caballos. Su historia, al mismo tiempo, está conectada con un evento traumático de su niñez.
El enemigo viene desde arriba, ocultándose en los cielos. En una sociedad acostumbrada a ver para creer, lo maligno se adapta para comer a todo quien se atreva a mirarlo de frente. Poco a poco, los Haywood desentrañan su comportamiento mientras intentan capturarlo en vídeo. Y por Haywood en realidad se podría decir Hollywood, prácticamente una suerte de anagrama, u otra forma de nombrarlo. ¡El éxito está en los detalles!
Siguiendo por el mismo camino, lo nuevo con lo viejo se funden en un propio ecosistema. Uno necesita del otro. Para vencer a esta criatura de la ciencia ficción, cambian una moto por un caballo, una cámara digital por una analógica. En efecto, el setting final es de una película de antaño a la vieja usanza. Puro lejano oeste y vaqueros flúor tamizados por el coraje de John Wayne.
Por momentos, Peele se llena de su propia idea, con momentos demasiado explícitos, como el monstruo no pudiendo digerir cintas en fílmico o discos en vinilo. De todas maneras, la contundencia visual es apabullante, con algunos frames dignos para colgar en un cuadro en el living de una casa. Definitivamente, es cine.
Soldados de Jordan Peele
Jordan Peele y sus películas se han convertido en un espectáculo que se tiene que ver en el cine. Desde Get Out, su fantástica ópera prima que ganó el Oscar a Mejor Guión Original, pasando por Us, hasta esta gema singular, lo han convertido en uno de los cineastas a seguirle el rastro.
En Nope, por primera vez, le dieron un presupuesto enorme para que realice un blockbuster. Y el tipo fue e hizo una película sumamente entretenida, llena de matices -aunque menos metafóricas que sus antecesoras-, risas, crítica social, el racismo estructural de la sociedad norteamericana, momentos de tensión asfixiante, la dosis justa de gore -aunque siempre es bueno un poco más- y referencias a la cultura pop, con cintas como Close Encounters of the Third Kind (1977) y Señales (2002), sumado a la aventura de directores como Steven Spielberg o la odisea por lo imposible de Werner Herzog.
Nope es una película de representaciones. El monstruo que acecha a los protagonistas e intenta devorarlos puede representar a la industria cinematográfica, mientras los personajes lo arriesgan todo por capturarlo en cualquier formato, sea digital o análogo, es decir: el viejo Hollywood chocando con las nuevas formas. En efecto, en una de las últimas mutaciones del bicho, el monstruo dispara una suerte de pantallas verdes antes de comerte. ¿Casualidad? ¡No lo creemos!
En definitiva, una cinta repleta de grandes ideas, momentos que te quitan el aliento y no te dejarán despegarte de tu asiento. Ya se dijo en infinitas reviews pero la claridad es apabullante y vale la pena replicarlo otra vez: Nope hace por el cielo y las nubes lo que Tiburón (1975) hizo por el mar y los tiburones.