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Final de Succession:
todos los caminos conducen a Tom
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Publicado: 29 de Mayo 2023
Tiempo de lectura: 3 minutos
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La serie Succession de HBO, una de las más top del año, emitió el último episodio de su última temporada, Con los ojos abiertos, y dijo adiós para siempre (¡cómo duele escribir esas palabras!). Se despide otra de las grandes series de la historia televisiva, y nos encontramos entre satisfechos y nostálgicos. La familia Roy eligió, y tenemos un nuevo monarca en el barrio. ¿El comienzo de una nueva dinastía? ¿O solo una cara bonita capaz de recibir todos los golpes y la presión del momento?
No dilatamos más las cosas. Si quieres saber qué pasó en el season finale de la última temporada de Succession, entonces quédate leyendo, que aquí te lo contamos. Y no está demás decir que si todavía no leíste nuestras reviews anteriores, puedes hacerlo aquí 4×01, 4×02, 4×03, 4×04, 4x05, 4×06, 4×07, 4×08 y 4×09. ¿No viste el capítulo? Que no panda el cúnico, recuerda que puedes disfrutarlo en VTR+.
Una breve unión familiar
Succession nos tiene acostumbrados a las traiciones. Es fácil ver a algún miembro de la familia Roy caminar por las tinieblas de la traición con una parsimonia maquiavélica. ¿Clavarle un cuchillo por la espalda a tu esposa? ¿Chantajear a tu hermano menor hasta un terreno insalubre del que no hay retorno? Todo es posible con esta gente.
Después del funeral de Logan Roy (Brian Cox), Roman (Kieran Culkin) se metió de lleno en una muchedumbre que marchaba en repudio al nuevo presidente de ultraderecha Jerydn Mencken. Como se veía venir, Roman se derrumbó, y la caída fue estruendosa. Golpeado, avergonzado y nervioso, se fue a la villa de la madre a recomponerse antes del desenlace entre GoJo y Waystar Royco.
Sus ¿queridos? hermanos, Shiv Roy (Sarah Snook) y Kendall Roy (Jeremy Strong) fueron a su encuentro. Pero poco les importaba la salud mental de su pequeño hermano. Ambos querían su voto para poder ganar la votación y sentarse en la confortable silla del nuevo CEO. Lo que Shiv aún desconocía era que Lukas Matsson (Alexander Skarsgård) se encargó de traicionarla y poner en su lugar nada más y nada menos que a su esposo, Tom Wambsgans (Matthew Macfadyen).
La información vuela, literalmente a un mensaje de Greg de distancia. El primo Greg (Nicholas Braun) escuchó una conversación en sueco y la tradujo con velocidad ayudado por una app. El mensaje fue claro: “ella no es la elegida”. Como dijimos anteriormente, Shiv se acercó mucho al sol, y ahí es donde la temperatura quema.
La comida del Rey
Kendall siente que nació para el puesto, para ser el verdadero heredero. Y Shiv también… y Roman también. Pequeño problema. Tanto Kendall como Shiv viajan a la casa de la madre para asegurarse el voto de Roman. Otro pequeño problema más. Lo cierto es que después de que se filtra la información, los hermanos vuelven a pensar un nuevo triunvirato, una vez más encabezado por Kendall.
Roman se pregunta por qué no él. Y Shiv propone lo mismo. Todos los Roy anhelan ese puesto, pero según Kendall, por ser el hermano mayor, él lo merece más. Ken nunca pierde parte de su ego. Es un niño engreído que desconoce la palabra humildad. Cuando los tres se ponen de acuerdo, le preparan la comida del Rey, una vieja tradición que llevaban adelante cuando eran unos pequeños.
Kendall bebe parte de la “comida” que le preparan (una mezcla asquerosa de todo lo que tenían a mano en la cocina) y luego se lo tiran encima. El mensaje es claro: eres uno más, no eres especial y te puedes ensuciar igual. Pero Kendall no logra salir de ese lugar.
Cuando llega el día de la votación, su rostro está invadido de una soberbia empalagosa. Roman duda, pero vota a favor de terminar el acuerdo con GoJo. En cambio Shiv duda y vota en contra, y define la votación 7-6, eligiendo a Tom como el nuevo CEO que postuló Matsson para el nuevo imperio.
Shiv finalmente decide por su esposo, quizá en un último intento de tener más control sobre la situación que con Kendall en el trono. Pero Shiv lo quería para ella, y es algo con lo que tendrá que vivir el resto de sus días. ¡Uf!
Succession, la serie de Jesse Armstrong llegó a su fin y demostró una vez más que el dinero puede con todo. Matsson lo sabía, Gerri lo sabía y, principalmente, Logan lo sabía. Los únicos que no lograron entenderlo fueron los hermanos Roy, sobre todo Kendall. Mientras Roman entendió que el poder que tenían sobre la gente era nulo: “no somos nada”, repite varias veces durante el final del capítulo; Ken no pudo sacar la cabeza de su propio ombligo.