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Dos caras de una moneda:
las biopics de Elvis y Priscilla Presley
Escrito por: Clack!
Publicado: 27 de Diciembre 2023
Tiempo de lectura: 6 minutos
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Estamos a nada del estreno de Priscilla (2023), la película biográfica de Priscilla Presley, dirigida por Sofia Coppola. Esta película es diferente a la de Elvis (2022) de Bar Luhrmann, pues viene a quebrar la historia de amor que conocíamos de Elvis Presley y Priscilla.
Para hacer la previa al biopic de la señora Presley (y te prepares para elegir tu favorita), puedes ver Elvis en HBO Max gracias a tu plan de televisión VTR. No está de más advertir que este artículo está lleno de spoilers, aunque es de conocimiento público el desenlace de estas dos personas. ¡Sin más preámbulos, vamos a contarte lo más interesante en la creación de ambas pelis!
Recursos diferentes para relatos complementarios
Popularmente, Priscilla Beaulieu Presley siempre ha sido vista como una extensión de Elvis. Esto está bien representado en la película de Coppola, ya que la trama arranca cuando la joven conoce a Elvis en uno de sus tantos carretes y termina cuando decide separarse y se va de Graceland.
Mientras que el espacio temporal en la película de Luhrmann es muuuucho más amplio. Empieza contando el background de Tom Parker, mánager de Elvis, así como los orígenes de la estrella, y culmina con la impactante muerte del cantante.
Esto nos lleva a un segundo punto que diferencia a ambas películas: el narrador. El biopic del rey del Rock and Roll está contada por El Capitán, como se le conocía al mánager. Bar Luhrmann apostó por un narrador antagonista con el que no tuviéramos empatía, y logró su cometido.
Mientras que Priscilla fue contada con el estilo ya característico de Sofía Coppola. Cada escena habla por sí sola, no hay una voz en off que nos lleve de la manito a lo largo de la historia. Por la onda más visual de la directora, este recurso fílmico habría sido redundante y quizás se habría sentido un poco fuera de lugar.
Como nota al pie de la página, esto tiene mucho que ver con la duración de ambas producciones. Priscilla se desarrolla redondita durante 110 minutos, pero en Elvis el director se pasó tres pueblos, porque estrenó un peliculón de 2 horas y 39 minutos.
Y eso no es nada: ¡el mismo Bar Luhrmann dijo que hizo una versión que dura 4 horas! Más material para los fans de Elvis, pero que será difícil de ver por simple amor al arte.
Elvis para el varón, Priscilla para la dama
Como el que mucho abarca, poco aprieta, le pasó factura a la producción de Elvis. A pesar de su duración, esta película dejó muy de lado su vida personal y de pareja. Pero tiene un mérito, y es el haber humanizado al joven Elvis Presley. Muchos ídolos del espectáculo pierden humanidad en medio de tanta fama, y el cantante no fue la excepción.
En la realidad, Elvis vivió en situación de pobreza, su papá estuvo preso y fue criado por su madre en un barrio afroamericano. Allí se impregnó de la cultura negra y la lucha contra el racismo, llevándolo a conocer la música que tanto le apasionó e inspiró. Esto se recrea muy bien en la producción.
Retomando al narrador villano, vemos el ascenso meteórico de Elvis y cómo El Capitán toma demasiado control sobre su carrera. El personaje de Tom Hanks es responsable del abuso de medicamentos de Elvis en el filme y en la vida real, llevándolo a su penoso final.
La trama muestra distintos conflictos entre ambos protagonistas, pero no exentos de inconsistencias. El Capitán, aparte de su obsesión con facturar, estaba presionado por políticos conservadores, quienes acusaron a Elvis de inmoral. Sin embargo, esto según la biografía de Parker es una exageración de la película. Lo que sí es cierto, es que Parker metió a Elvis al ejército como estrategia para mejorar su imagen, luego de un incidente que casi lo deja precioso.
Es precisamente este giro lo que provoca el evento canónico de la joven Priscilla Beaulieu, ya que se conocen en la base militar gringa en Alemania. Eso sí, Luhmann omitió un detalle fundamental: que Priscilla era apenas una adolescente de 14 años, y Elvis era 10 años mayor cuando se conocieron.
Coppola se puso los pantalones para mostrar la perspectiva de un personaje olvidado pero crucial en la vida de Elvis. La directora, siempre muy matea, se basó en Elvis and Me, autobiografía publicada en los 80’s. Además, la película cuenta con la venia de la mismísima Priscilla Presley, quien participó activamente en la producción.
El sello de Coppola es mostrar los tormentos de mujeres blancas y privilegiadas, siendo para muchos la mayor exponente del female gaze en el cine comercial. Así, Priscilla es una encarnación del término “jaula de oro”, tan precisa que es dolorosa, sin necesidad de abusar de la violencia explícita en pantalla.
El filme se desarrolla en tres actos muy marcados, siendo el primero muy suave y descriptivo del embelesamiento de la joven con Elvis, interpretada por Cailee Spaeny. La transición hacia la consolidación del noviazgo es fluida, revelando poco a poco el temperamento violento del cantante.
Como buena película de Sofía Coppola, no podemos no hablar del vestuario. Algo esencial, ya que Priscilla declaró en su libro que Elvis la moldeó a su pinta, controlando su look entre otras cosas, el que evoluciona a medida que la protagonista deja de tolerar el maltrato.
En lo visual, la película de Elvis usa el recurso de las tomas rápidas para mantener la atención del espectador, lo que compensa su larga duración. Además, la fotografía te sumerge en un video musical constante, con colores vibrantes e interpretaciones muy apasionadas de Austin Butler. Esto se contrapone con el encierro silencioso que Priscilla vive en una réplica muy aesthetic de Graceland, pero que seguía siendo una prisión al final del día.
Ambos filmes hicieron una pega admirable para recrear las épocas de esta historia. Le damos broche de oro a los directores y sus respectivos equipos, por el trabajo visual que fue un recurso principal en la narrativa.
Los entretelones que traspasan la pantalla
Todas las películas tienen sus chismecitos, pero estas sí que tienen material. Una diferencia sustancial es que Luhrmann ganó los derechos sobre la música de Elvis, y es obvio en la pantalla que lo aprovechó a concho.
Coppola no tuvo la misma suerte, y se rumorea que fue por mostrar a Elvis en una faceta menos agradable. “Ellos protegen mucho su marca”, explicó la cineasta en una entrevista, refiriéndose a Elvis Presley Enterprises.
En la misma línea, es deber hablar de la opinión de la única hija de los Presley: Lisa Marie. Sobre la película de su padre, declaró estar impresionada y orgullosa del trabajo de Luhrmann y Butler. No obstante, criticó duramente el guion de la película sobre su madre, por dejar a Elvis como un “depredador y manipulador”.
Cabe mencionar que Lisa Marie falleció en enero de este año de forma sorpresiva, solo cuatro días después de sus declaraciones sobre Elvis. No alcanzó a ver el producto final de Coppola.
Y cómo no mencionar la preparación de cada Elvis: es sabido que Austin Butler lo dio todo para encarnar al Rey del Rock and Roll. El actor hizo un arduo trabajo para soltar la cadera y hacerle honor a los movimientos del rey.
Al otro lado de la calle, tenemos a Jacob Elordi en el show de Jimmy Fallon, contando que él apenas conocía a Presley por la película Lilo y Stitch (2002). Sea verdad o no (porque si no conoces a Elvis es porque vives debajo de una piedra), la talla salió buenísima, igual que ambos estrenos.
Dicho todo esto, con el estreno de Priscilla en Chile llega el momento del choose your fighter: estamos sorteando entradas dobles para que veas la película. Así que partiste a seguirnos en Instagram, ¡y no te pierdas de esta y muchas otras sorpresas!