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House of the Dragon temporada 2 x 5: un juego de ajedrez
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Publicado: 15 de Julio 2024
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En House of the Dragon temporada 2, ningún bando sabe cuál es el próximo movimiento. No lo saben ni ambos Consejos, ni mucho menos la gente, que empieza a impacientarse. La cabeza de Meleys recorriendo las calles de King’s Landing no parece un buen augurio para la clase baja.
Fuente: Esquire
Después de la impactante pelea del episodio anterior entre Rhaenys Targaryen (Eve Best) y Meleys contra Aemond Targaryen (Ewan Mitchell) y Vhagar, no hay un claro vencedor. Sí, Los Negros perdieron a su dragón más grande, pero Los Verdes tienen a un rey moribundo. Aegon II (Tom Glynn-Carney) está vivo, pero las heridas son mortales. ¿Logrará sobrevivir?
Entre tanto, el tuerto Aemond se posiciona como el Rey sustituto por ser el siguiente en la línea de sucesión. Su madre, Alicent Hightower (Olivia Cooke), no quiere saber nada al respecto. Por miedo o por lo que sea, cree que la decisión es errónea. Si quieres saber más sobre el nuevo episodio de La Casa del Dragón, lee nuestra review.
Gracias a tu plan de televisión VTR+, puedes disfrutar de House of the Dragon temporada 2 a través de Max. ¡Ponte al día cuanto antes con la guerra civil Targaryen que está ocurriendo en Westeros!
Un nuevo ¿y momentáneo? Rey en House of the Dragon temporada 2
El Consejo del Rey se reúne en la Fortaleza Roja. Hay una guerra que luchar. Mientras los mortales están desanimados y no saben bien cómo proseguir, Aemond tiene claro que ser vertical belicosamente es clave. “Es una guerra de dragones”, dice Sir Criston Cole (Fabien Frenkel), la actual Mano del Rey tras haber suplantado a Otto Hightower (Rhys Ifans) dos episodios atrás.
¿La primera decisión de Aemond? Cerrar las puertas y que nadie salga de las cercanías del castillo. Genial, seguramente los pobres, que no tienen ni migas de pan para comer, estén satisfechos con esta decisión. Lo cierto es que pronto van a saber que el Rey Aegon ii está malherido y no puede gobernar. Los rumores se esparcen como susurros en el viento.
Por el lado de Los Negros, Corlys Velaryon (Steve Toussaint) llora en silencio al amor de su vida en su castillo fantasmal. Rhaenyra (Emma D’arcy) le ofrece ser la próxima Mano. Y si bien se rehúsa, rápidamente entra en razón tras un discurso de su nieta. Hay que seguir, por los que ya no están. Así lo hubiese querido Rhaenys.
Las verdaderas intenciones de Daemon Targaryen
Fuente: Esquire
La subtrama de Daemon sigue presente en el castillo maldito de Harrenhal. Esta vez, con sueños pesadillescos y freudianos. En esta oportunidad, el chico tiene relaciones con su madre muerta. Oh, boy.
Lo cierto es que el príncipe Daemon Targaryen finalmente blanqueó sus intenciones. Él quiere ser el Rey de Poniente. Y no tiene problema en que la legítima heredera al trono de hierro, Rhaenyra Targaryen, se siente a su lado una vez que tome Desembarco del Rey a la fuerza. Pero ser comandado por una mujer: jamás.
Desde Rocadragón, Rhaenyra envía a Ser Alfred, un miembro de su Consejo, a Harrenhal. Quiere saber qué trama Daemon y si sigue estando de su lado. Cuando las papas quemen, Daemon va a pelear junto y por Rhaenyra, de eso no hay dudas. Sin embargo, sus planes a futuro distan de estar alineados con los de la Reina.
Jace (Harry Collett) también quiere ser parte de esta guerra. Su madre, la Reina, no lo deja hacer nada. Por esto, se va en su dragón rumbo al castillo Frey. Estratégicamente, esta familia tiene el puente de los Mellizos, un pasaje esencial para cualquier guerra. El acuerdo se da y ambas partes están satisfechas. Veremos cómo se desenvuelve esto.
Por último, una conversación hijo-madre destraba una nueva arista a tener en cuenta. Jace, muy despabilado, le comenta a su madre que tienen dos grandes dragones debajo de sus pies.
Habla de Vermithor y Ala de Plata. Rhaenyra rápidamente le dice que no tienen jinete porque son dragones solitarios e indomables. Pero Jace, que quiere demostrar su hombría, postula a los bastardos Targaryen de Rocadragón, para ver quién puede lograr el cometido. De ser así, Vhagar tiene dos rivales de los cuales preocuparse con especial cuidado.