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House of the Dragon, season finale:
la tormenta se desató y los dragones danzaron
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Publicado: 25 de Octubre 2022
Tiempo de lectura: 5 minutos
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Llegó a VTR+ el final de la primera temporada de House of the Dragon, con un capítulo que culminó con una fatalidad tan cruel como injusta. Un nuevo malentendido de parte de los Verdes dejó a todo el reino patas para arriba. Porque si Rhaenyra contaba con un pequeño atisbo de querer mantener la paz que tanto anhelaba su padre, el Rey Viserys, ahora el escenario cambió tras el asesinato de Lucerys, uno de sus hijos. ¿Desde King’s Landing querían guerra? La van a tener. La suerte está echada, la Danza de Dragones comenzó.
Este último episodio de La Casa del Dragón estuvo lleno de emociones y tensiones. Nosotros no sabíamos que teníamos tantos pelos hasta que vimos el capítulo. ¡Se nos pararon todos los vellos con la coronación de Rhaenyra! Habemus reina legítima y rey usurpador: ¿quién se quedará con el codiciado trono?
Un final que estuvo a la altura de lo que se esperaba, y que le sube la nota a una serie que, a lo largo de su primera temporada, no llegó al nivel magistral de Games of Thrones, pero sí tuvo ese saborcito que tanto nos había gustado. Y como siempre, todo el análisis y resumen del último capítulo de House of the Dragon, te lo traemos a continuación.
¡Ojo! Si te perdiste nuestras anteriores reseñas, te aconsejamos que le eches una miradita. Revisa nuestras reviews del episodio 1×01, 1×02 y 1×03, 1×04, 1×05, 1×06 y 1×07 y 1×08 y 1×09 de La Casa del Dragón.
En busca de nuevas alianzas
En esta entrega final, titulada “The Black Queen”, los dragones tienen más participación que en ningún otro episodio. En primer lugar, Rhaenys llega a Dragonstone a lomos de Meleys, para contarle todo lo sucedido a la nueva reina. Los Verdes con rapidez coronaron a Aegon II y le ofrecieron a Rhaenyra unos términos según ellos favorables. De hecho, el propio Otto Hightower desembarcó en suelo dragón para ofrecerle territorios y puestos en la Corte Real. Lo que no entendemos es como Otto salió con vida de allí.
Rhaenyra no quiere dar el primer golpe. Ella no va a empezar la Danza. Sin embargo, a su lado, Daemon está completamente seguro de lo que debe hacer: atacar. Los roces se acrecientan. Para Daemon, su hermano Viserys fue asesinado. Se suma la traición del resto de la familia, y la muerte prematura de la bebé que esperaban para dentro de unos meses.
Daemon siempre fue más visceral e impulsivo, pero la verdadera heredera del Trono de Hierro tiene otros planes. Mientras disponen sus aliados sobre la mesa con el mapa de Westeros, se dan cuenta que todavía no pueden convocar a un ejército digno de un ataque frontal a la Fortaleza Roja. Aunque Daemon asegura que tienen 13 dragones de su lado, contra 3 de los Verdes. El problema es que hay dragones sin jinetes, como Vermithor, la segunda bestia más grande después de Vhagar. En una escena espléndida, se ve cómo Daemon se acerca a su nido, cantándole en Alto Valyrio y presentándose ante el dragón.
Entonces, con este escenario perfilado, para Rhaenyra solo resta juntar a todos sus aliados y esperar. Por eso decide mandar a sus dos hijos mayores, Jacaerys Velaryon y Lucerys Velaryon, junto a sus dragones Vermax y Arrax, respectivamente. El mayor tomó rumbo norte, para visitar a los Arryn del Nido de Águilas y los Stark de Invernalia. Mientras el menor volaba más cerca, para pedirle apoyo a los Baratheon.
La reina coronada
La princesa devenida en reina. Sí, ella es la heredera legítima del Trono de Hierro. Los usurpadores, vestidos de verde, se adelantaron y con una estratégica y maquiavélica maniobra, coronaron a Aegon frente a la multitud. En Rocadragón no iban a ser menos, por lo que coronaron a Rhaenyra en el medio del funeral por su hija no nacida, Visenya.
Cuando Viserys reinaba y le aseguró el puesto a su primera hija, muchas Casas importantes hincaron la rodilla. Entre ellos, la imponente Casa Velaryon. Con La Serpiente Marina de vuelta en pantalla, sumando el apoyo de toda la flota y, principalmente, de Rhaenys y su dragón, Rhaenyra tiene con qué plantarse. Pero no alcanza. Necesita más aliados. Sabe que los Lannister están del lado de los Hightower, y también son una potencia bélica. La ampliación del campo de batalla se cocina a fuego intermedio, y recién para 2024 podremos ver con claridad el poderío de cada bando.
Alas baten el cielo
Viserys lo adelantó en dos oportunidades durante la temporada. Cuando decidió optar por Rhaenyra como su heredera, la citó donde reposa el gigantesco cráneo de Balerion, el Terror Negro, y le aseguró que “la idea de que podemos controlar a los dragones es una ilusión, son un poder con el que los hombres nunca deberían haber jugado”. Y esta teoría, lamentablemente, se fortalece en el season finale de la primera temporada de House of the Dragon.
Estamos en Bastión de Tormentas, la sede oficial de los Baratheon. Lucerys llega con el pequeño Arrax, la tormenta se acrecienta. Viene a darle un mensaje a la cabeza de la familia, Lord Borros, para ver dónde piensa posicionarse. El problema es que los Verdes también mandaron a alguien, y encima con una propuesta formal de casamiento entre una de las hijas de Baratheon y un Targaryen. Y como si fuera poco, Aemond viajó con Vhagar, la fiera de los aires más grande de todo Poniente, con cientos de batallas en el lomo.
La tensión en el ambiente escala rápidamente. Aemond le pide un ojo, para saldar viejas deudas. Baratheon no quiere que se derrame sangre en su casa, por lo que da por terminada la reunión… y la catástrofe ocurre. Nerviosos, Lucerys y Arrax levantan vuelo con la tormenta en su cénit. De fondo, se escucha la risa de su primo, Aemond, que quiere aterrorizar al pequeño. Pero las criaturas no están en esa sintonía. Arrax sabe que esto es cosa seria, por lo que decide atacar a Vhagar con una llamarada en el ojo. A lo que el gigante responde, devorando de un bocado al pequeño dragón y al pequeño príncipe, rechazando las órdenes de Aemond, que sabe que se la mandó y que habrá represalias.
Y así es como comienza la icónica Danza de Dragones, a través de un mal entendido. Así mismito pasó con Alicent Hightower, quien entendió lo que quiso cuando Viserys reposaba en su lecho de muerte y coronó a su hijo Aegon, cuando Viserys hablaba de Aegon El Conquistador. Como dijimos, la suerte está echada. Solo queda esperar. Lo que sí estamos seguros es que Rhaenyra ya no mantendrá su estrategia de esperar. Asesinaron a su hijo. No olvidemos, la Reina es una Targaryen, y al igual que Daenerys lo hizo 300 años después en Juego de Tronos, está dispuesta a todo con tal de reclamar lo suyo. ¡Valar Morghulis, compañeros!