Bill y Frank: ¿Hay inclusión

El pasado domingo 29 de enero se lanzó el tercer capítulo de The Last of Us, serie de HBO que parece superarse con cada episodio. Como buenos fans de esta producción (y del videojuego que adapta), nos reunimos para sacar partido a nuestro plan de televisión y disfrutar de la nueva entrega, que nos emocionó con la historia de amor entre Bill y Frank. ¡Lloramos océanos!

Y es que en Long Long Time (1×03) fuimos testigos de un verdadero y hermoso romance en el fin del mundo. La relación entre Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett) caló profundo en nuestros corazones, sobre todo con la escena final, en donde nos maravillamos con ambos personajes tocando el piano. Un momento cursi y melodramático que a muchos nos encantó. Pero a otros, les pareció terrible. ¿Cómo puede ser posible eso?

Resulta que para un sector de la audiencia, esta trama de amor es completamente innecesaria, ya que no se ve en el videojuego. Las quejas hacia la aparición de esta pareja gay en la serie comenzaron a propagarse por redes sociales, lo que abrió el debate de si realmente hay inclusión forzada en The Last of Us. Para nosotros, la respuesta es no, y a continuación te explicamos el por qué. 

Bill sí era gay

La primera objeción que los más haters tiene de este capítulo, es que supuestamente se convirtió a Bill en una persona homosexual solo para responder a una agenda progresista o a presiones del lobby LGBTIQ+. Error, pues en el videojuego, si bien no se nos dijo explícitamente que era gay, sí se nos dejaron un par de pistas sutiles que dan a entender ello.

En el juego, cuando Joel y Ellie llegan a Lincoln, se encuentran con Bill, quien comienza a contarles sobre su fallecido compañero con el que convivió. Tras ello, se topan con una nota en la que Frank se desahoga hablando sobre sus molestias con la vida y la manera en que se estaba manejando la relación con Bill.

“Me cansé de esta basura de ciudad y de tu actitud reticente ante el cambio. Quería que la vida fuese más que esto, y nunca pudiste entenderlo. (…) Supongo que tenías razón, intentar salir de esta ciudad me matará. De todos modos, es mejor que pasar otro día contigo viviendo de esta manera”. Eso es parte de lo que se puede leer en el texto que Frank dejó antes de cometer suicidio.

A ello, también podemos sumar un diálogo entre Joel y Ellie, en donde hablan sobre revistas para adultos que tenía Bill, donde se ve en una portada a un hombre en paños menores. Algo que complementa el perfil de Bill como un hombre gay.

Una supuesta trama de relleno

Ahora bien, hay quienes aceptan estos indicios del romance homosexual, pero no están de acuerdo con que la serie haya dedicado un capítulo entero a desarrollar esta historia. Y es que en el juego, la presencia de Frank es solo anecdótica, mientras que en Long Long Time, es prácticamente estelar.

Recordemos que en este episodio, vemos cómo Bill y Frank se conocieron, y somos testigos de algunos momentos que vivieron juntos. Algo que, como hemos dicho, no aparece en el videojuego. Y eso enfureció a algunos puristas fanáticos, pues consideran que son cambios radicales en la trama original, que obedecerían a esta “inclusión forzada” para dar más vitrina al colectivo LGBTIQ+. Aunque seamos justos, algunos lo critican simplemente porque quieren que la serie sea exactamente igual al juego. 

Pero esto es una adaptación, y como tal, es comprensible que los responsables de la serie The Last of Us se tomen licencias para explorar otros aspectos que no fueron abordados en el juego, como precisamente lo es la relación entre Bill y Frank. No es que lo hayan inventado de la nada, pues como hemos visto, usaron como base elementos presentes en la trama original. En nuestra opinión, esto no hace más que enriquecer la historia, añadiendo una mayor profundidad y potenciando la esencia del universo creado por Neil Druckmann. 

Y la mayoría del público piensa como nosotros. Prueba de ello es la valoración que ha tenido en distintos portales, como IMDb, en donde el tercer capítulo cuenta con una calificación de 8.0/10. Que los haters y homófobos sigan llorando.