House of the Dragon temporada 2:

Digamos todo: House of the Dragon temporada 2 llegó a su fin con un season finale que podría haber sido un email. El arco del final de la segunda temporada se parece mucho al arco del final de la primera temporada. Sin mucho ornamento: la guerra está por comenzar. Pero, ¿cómo es posible que, una temporada después, sigamos parados en el mismo lugar?

En algunos momentos, sobre todo este cierre, se siente estirado. Casi que el último capítulo (y gran parte de la temporada) funcionan como un prolongado tráiler de la temporada 3. O al menos eso creemos, anda a saber qué hacen en 2026. Pero no todo fue malo. También tuvimos traiciones, dragones, batallas y algún que otro escándalo en la corte.

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La guerra recién empieza, al parecer

House of the Dragon temporada 2 cerró hace pocos días, pero por algún motivo parece que la serie recién está comenzando. Todo fue un gran prólogo de lo que se avecina. Desde luego que, en el ínterin, sucedieron cosas. En los grandes momentos, también, no somos necios ni mucho menos haters.

Tranquilamente, el episodio 9, con Rhaenyra y sus nuevos dragones, podría haber sido el clímax propicio para un cierre de temporada. Pero los showrunners, sobre todo Ryan Condal, se esfuerzan por hacer rezongar al fandom mundial.

Este cierre fue más tranquilo, redondeando algunos arcos narrativos, como el de Daemon Targaryen (Matt Smith). El mejor fue él, que quizás tuvo el peor arco de la temporada. Pero se llevó todos los reflectores en el season finale con su visión del futuro que interconecta con Game of Thrones.

Daemon hinca la rodilla una vez más frente a su reina, nuestra Reina, Rhaenyra Targaryen (Emma D’Arcy). Ya no quiere ser él quien se siente en el Trono de Hierro. Entendió su lugar en el cuadro mayor. Todo el panorama. Y como si fuera poco: ya no somos hijos de padres divorciados, ¡Daemyra is back, bitches! Ah, cómo nos enternece el amor, no hay con qué darle.

Los Verdes también tienen un plan

Cuando parecía que Aemond (Ewan Mitchell) se llevaba todo por delante, se le acabó la fiesta. Al menos por un rato. Lo cierto es que ahora Los Verdes tienen menos dragones, y eso es un hecho. Vhagar, por más temible que sea, no puede enfrentar solo a los 6 (¿o tal vez mejor decimos 7?) dragones de Rhaenyra.

Además de Vhagar, y con Sunfyre del Rey Aegon II Targaryen (Tom Glynn-Carney) decididamente muerto, hay pocas opciones. Por un lado está Tessarion, La Reina Azul, dragón del príncipe Daeron Targaryen, que todavía no tiene un rostro visible. Daeron es el hijo de Alicent Hightower (Olivia Cooke) que vive en Antigua. Y también está Dreamfyre de Helaena Targaryen (Phia Saban).

La decisión de hacer que la futura Reina no esté conectada con su dragón es bastante insólita. Más allá de que Helaena ame montar a Dreamfyre en los libros, simplemente la decisión no es consecuente con su personaje. Ella siempre desbordó magia, espiritismo y algo más. Y nos van a venir a decir que no le interesa una criatura gigantesca, ligada a los Dioses, que encima tiene un vínculo especial con ella. Fucking come on.

Como cierre, después de una visión, Helaena le dice a Aemond: “Aegon volverá a ser Rey, obtendrá la victoria desde un Trono de madera, y tú estarás muerto. Serás tragado en el ojo de un Dios y nunca más te volverán a ver”. Mamita, lo que se viene.

Los últimos intentos de paz y rumbo a la guerra (100% real, no fake)

Finalmente, zarpó el barco de los Velaryon. Mamita, estuvieron en el puerto haciendo quehaceres marinos durante toda la temporada. Pero más allá de los chistes, el barco ya no se llama más Serpiente Marina. Ahora Corlys lo rebautizó como La Reina que Nunca Fue y nosotros seguimos llorando. Rhaenys, la MVP indiscutida de la temporada, realmente se lo merecía.

En Essos, al otro lado del charco, Tyland Lannister (Jefferson Hall) se juega su pellejo para ganarse a los piratas de Triarquía. La idea es romper con el bloqueo de Corlys Velaryon. Se viene la batalla de Gullet, y será muy sangrienta.

A falta de un encuentro poco probable, Rhaenyra y Alicent tienen una segunda cita secreta. La viuda de Viserys se coló Dragonstone con la ayuda del maestre Orwell desde el Desembarco del Rey. Otro que se va de la Fortaleza Roja es el Rey Aegon. Pero esto no lo sabe nadie, solo Lord Larys (Matthew Needham), que está tejiendo su telaraña.

Si hablamos de formas y elementos visuales, House of the Dragon temporada 2 está por encima de la media. Sobre todo con una enorme escena final invirtiendo el simbolismo. Rhaenyra ahora está tras “las rejas”, atada a lo que percibe como su destino, con todos los pergaminos y la historia a sus espaldas. Mientras Alicent permanece libre, después de aceptar la inutilidad de todos sus sacrificios. A son for a son, ¿o ya no se acuerdan?

Ahora, la falsa sensación de “el episodio que viene es la verdad” se extrapola a una temporada, que recién va a llegar a las pantallas en dos años calendario. Realmente es desolador, pero cuando estrene estaremos aquí firmes.