La historia real de Love & Death,

¿Fanático del thriller y el crimen? Probablemente hayas escuchado hablar de Love & Death, una de las últimas novedades de HBO Max con Elizabeth Olsen como protagonista. Se trata de una miniserie en la que la reconocida actriz interpreta a Candy Montgomery, una asesina que mató a la esposa de su amante. ¡Empezamos fuerte!

Una historia trágica que, sin embargo, no es ficción en su totalidad. ¿Cómo? Lo que pasa es que Love and Death está inspirada en un suceso que ocurrió de verdad. De hecho, antes de comenzar cada episodio, aparece el mensaje de “basado en hechos reales”, como para recordarnos las cosas terribles que se dan en nuestro mundo. Horribles, pero que sirven para que hagan buenas producciones, como la que estamos comentando en este artículo. Hay que ver el lado positivo de las cosas.

¿Y cuáles son los detalles de esta macabra historia? ¿En dónde sucedió? ¿Cuándo? Sabemos que te picó el bichito de la curiosidad (y el morbo), así que tranqui. A continuación, te contamos la historia real de Love & Death, el drama criminal del que todos están hablando, y que tiene como estrellas a Elizabeth Olsen y Jesse Plemons. 

Una infidelidad, una amistad y un hacha

Todo inició en la comunidad de Wylie, Texas, en el año 1978. Allí residía Candy Montgomery (Wheeler era su apellido de soltera), quien vivía feliz como una perdiz con su esposo Pat, un ingeniero eléctrico del que se había enamorado cuando ambos coincidieron en el mismo lugar de trabajo. Ella, una secretaria extrovertida, había cautivado el corazón de Pat. Tanto así, que incluso tuvieron un niño y una niña. ¡Eran una familia modelo!

Los Montgomery asistían con regularidad a una iglesia metodista del pueblo, y tenían una gran vida social. ¡Todo parecía marchar bien en el matrimonio! Según el medio Texas Monthly, la familia vivía bien cómoda, pues Pat ganaba sus buenas lucas en la empresa de tecnología Texas Instruments. Pero ojo, pues al parecer la relación entre papá y mamá se empezaba a desgastar, dado que todo era muy rutinario. Jim Atkinson y John Bloom en su libro Evidence of Love: A True Story of Passion and Death in the Suburbs, cuentan que Candy es más de alguna vez le comentó a su amiga Betty Gore que estaba bastante aburrida con su vida. 

Quizá por esa falta de emoción, es que Candy buscó nuevas sensaciones y se enamoró de Allan Gore. Sí, nada más ni nada menos que el esposo de su amiga, al que conoció en la cancha de vóleibol de la iglesia. Lo que se dice es que tras ese encuentro, ambos coqueteararon durante unas semanas, hasta que comenzaron una relación extramarital el 12 de diciembre de 1978, según Texas Monthly. Una aventura es más divertida si huele a peligro, como diría Romeo Santos.

Los patas negras se mantuvieron así durante meses, juntándose a escondidas como la canción de Camilo Sesto. Se amaban con intensidad, pero luego de que Allan tuviese su segundo hijo con Betty, en 1979, decidió sentar cabeza y dejar de ponerle los cuernos a su esposa. Así es como con Candy llegaron al mutuo acuerdo de que lo mejor era terminar con lo suyo. 

Pasó poco más de un año. Era 1980, y todo parecía transcurrir normal en la vida del pueblo. Hasta que se descubrió el cuerpo de Betty Gore y todo el río de sangre que se encontraba en su hogar. Bueno, no un río como tal, pero sí muchas manchas. ¿Cómo se llegó a eso? Resulta que Betty sospechaba de lo que había ocurrido entre su esposo y su “amiga” (con esa amiga quién necesita enemigos). Por eso, aprovechando un día en que su esposo estaba fuera del pueblo por un viaje de negocios, le pidió a Candy que fuera a visitarla para pedirle un favor. Y allí, comenzó a increparla por la infidelidad. 

Empezaron a discutir, y poco a poco los ánimos se fueron caldeando. Se dice que fue Betty quien sacó un hacha, pero sea como sea, al final Montgomery fue quien le dio un uso. Le dio 41 golpes a su amiga, haciéndola picadillo. ¡Terrible!

Pero lo tétrico no queda allí. Luego de asesinarla, Candy se duchó en el baño de su amiga bien tranqui, para luego continuar con su día como si no hubiese pasado nada. Salió a comer con amigos, fue a buscar a sus hijos a la iglesia y siguió con el rol de ama de casa. ¡Digno de un capítulo de Mea Culpa!

Finalmente, se supo de este macabro hecho a raíz de que Allan, esposo de Betty, llamaba y llamaba a casa para hablar con su pareja. Obviamente, la difunta no podía atender el teléfono, motivo por el que el ahora viudo decidió comunicarse con sus vecinos para que fueran a echar un vistazo a la casa, encontrando el cuerpo… 

Todo terminó con la policía arrestando a Candy, luego de que las pistas apuntaran a ella, y de que confesara su aventura con Allan. Eso sí, Montgomery alegó que los 41 hachazos los hizo en defensa propia, pues de lo contrario, ella podría haber sido la muerta en lugar de Betty. 

¿De cuánto fue la condena? No hubo, pues Candy fue absuelta. Su abogado, Don Crowler, llevó a un psiquiatra a los juicios, y éste señaló que la homicida había tenido una reacción disociativa al momento de discutir con Betty. Esto, sumado al argumento de defensa propia, hizo que el jurado determinara su “inocencia”.

¿Y en qué está actualmente esta mujer? Según Daily Mail, trabaja como asesora de salud mental en Georgia. Ah, y ya no hay que decirle Candy Montgomery, sino nombrarla por su apellido de soltera, Wheeler, pues se separó de su esposo apenas cuatro años después de haber sido absuelta. ¿Te la imaginas viendo la serie basada en su propio asesinato? Quizá lo hace, quedando tan impactada como nosotros cuando la vemos aprovechando la cuenta de HBO Max incluída en el plan VTR. ¡O capaz le guste rememorar esa época! ¿Quién sabe? Tal vez esos 41 hachazos no fueron realmente en defensa propia…