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Capítulo 3 The idol: Tedros
domina en la vida y (en la cama) a Joss
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Publicado: 19 de Junio 2023
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El episodio 1 fue ahí nomás, el segundo mejoró, y podemos decir que este tercer capítulo de The Idol estuvo más entrete aún. Bueno, tampoco da para decir que la serie se volvió una obra magnífica, pero sí nos presenta una trama más interesante y enganchante. Aunque The Weeknd sigue sin convencer con su actuación de Tedros, al menos el desarrollo de su personaje comienza a adquirir mayor profundidad.
Eso sí, no nos libramos de las escenas de sexo que dan entre risa y un poco de vergüenza. Pero bueno, tal parece que es el sello distintivo de The Idol, y que seguirá escalando en intensidad durante las próximas entregas. En este tercer episodio, tuvimos muchos momentos de sexo oral: en un auto, en casa de Joss, ¡y hasta en un mall!
¿Qué sucedió en esta entrega? No te pierdas nuestra reseña del episodio 3 de The Idol, la serie de HBO que sigue estando en boca de todos… ya sea por lo bueno o por lo malo de su historia. Como sea, te dejamos nuestro análisis, luego de disfrutar el capítulo en VTR+. ¡Y no olvides leer los reviews que escribimos de los episodios 1×01 y 1×02!
Sexo en la ̶c̶i̶u̶d̶a̶d̶ tienda de ropa
El capítulo empieza con los pezones de Lily-Rose Depp: vemos a su personaje Jocelyn, desnuda, acostada junto a Tedros (Abel Tesfaye), luego de la sesión de sexo que habíamos vista hacia al final del episodio anterior. La pasaron malito parece.
La cosa es que comienzan su día dirigiéndose a una tienda de ropa, con Leia (Rachel Sennott) como su chofer personal. Lo que decíamos al inicio: mientras la pobre amiga de Joss va al volante, esta última y Tedros van en el asiento trasero poniéndole bueno, dándose besos en la boca y en otras partes. Qué momento más incómodo para la pobre Leia.
Al llegar al shopping, un grupo de fans de Joss esperan, además de paparazzis. Todo indica que Tedros los llamó, con la intención de que la prensa se enterara sobre la relación entre él y la artista pop. El hombre algo está tramando.
Luego de zafar del gentío, ingresan a la tienda para comprar prendas que hagan lucir a Joss, ante la atenta mirada de Tedros, que supervisa todo. Incluso, a un dependiente del lugar, lo amenaza con matarlo si es que se atreve a mirar a Jocelyn. Un machito de tomo y lomo.
Por supuesto, no pueden faltar momentos de fogosidad entre la pareja en plena tienda. Leia, chata del dominio que el hombre está teniendo sobre su mejor amiga, llama a Chaim, uno de los agentes, que escucha todo lo que tiene para contarle/desahogar: no sólo es que esté convenciendo a Joss de comprar nueva ropa, sino que también, antes, la incitó a despedir a Andrés, el chef de su mansión. Ah, pero no es todo, pues también trató mal a la propia Leia, ¡diciéndole retrasada! Tedros está ejerciendo un dominio total sobre Joss, instalándose en su casa y tomando decisiones como si fuese dueño de todo.
Y es que este tipo tiene el ego por las nubes. Se cree un experto en la industria de la música, cuando la realidad es que es todo lo contrario. Es su habilidad y su gran ego que proyecta seguridad, las que hacen creer a los demás que es un gran conocedor de este mundo. Parece un verdadero mentalista, un Tony Kamo capaz de hipnotizar a cualquier persona y hacer que hagan lo que él quiera. Y Joss es una de esas palomitas que cayeron en sus garras.
Joss, su madre y el masoquismo
A todo esto: Chaim, ante el llamado de Leia, va a la mansión de Joss para hablar con Tedros. Ahí mantienen una charla, en la que Chaim le pide al personaje pidiéndole que ayude a Jocelyn a producir nuevos hits, ante la presión de la discográfica, y la decisión de Nikki de echar para atrás el sencillo que estaban trabajando.
Como sea, y luego de esta reunión, pasamos a la parte final del capítulo. Se trata de una cena en donde están Jocelyn, Tedros y todo su clan de amigos. Allí, entre charla y charla, y surge una discusión acerca de lo que va a ser el futuro de la carrera de Joss, y ahí sale a colación el tema de su madre.
Allí (y obligada por Tedros), Joss se abre y cuenta su dolor con respecto a su madre. Resulta que su progenitora le pegaba, la trataba mal, le exigía y le castigaba. Así es como se forjó su carrera como artista pop.
A Tedros no se le ocurre nada mejor que usar ello, proponiéndole a Joss que vuelva a utilizar ese dolor, para reflotar su carrera. De esta manera, le pide a la chica que vaya por el cepillo con el que le pegaba su madre, para ahora golpearla en el trasero.
El episodio termina así, con Tedros nalgueado con dicho objeto a Jocelyn, quien muestra evidentes muestras de dolor a través de su cara y gritos. Y al otro día, la protagonista le da las gracias a su amante. “Gracias por cuidar de mí”. Así concluye una nueva entrega de The Idol, que mejora con cada episodio, pese al sexo ridículo que nos muestra.