The Bear: las lecciones que

La brillante genialidad de The Bear (2022-) llega nuevamente al streaming en Latinoamérica. Este 17 de julio se estrenó la tercera temporada de una de las mejores series de comedia de la historia de la televisión.

Aunque por momentos de comedia no tenga nada.

No estamos exagerando. Acuérdate nomás de cómo arrasó en premiaciones pasadas, como los premios Emmy del 2023 o los Globos de Oro. Por lo mismo, en Clack! haremos un breve repaso a las lecciones más importantes que nos dejó en sus temporadas anteriores.

¿Preparado para prender el fogón, chef?

Dos cabezas piensan mejor que una

En The Bear, hemos visto más de una vez que el trabajo en equipo es fundamental para sacar todo proyecto adelante. Christopher Storer, creador de esta joyita de la televisión, se encargó de usar la cocina como una gran alegoría. ¿Para qué? Para mostrarnos que el ser humano está condenado a hacer las cosas en grupo.

Si vemos el lado bueno de las cosas, no tenemos por qué hacerlo todo por nuestra propia cuenta. Tenemos amigos, colegas y una familia detrás que estarán dispuestos a apoyarnos. La crítica constructiva (aunque a veces también destructiva), nos permite sacar la mejor versión de nosotros mismos. Tanto para trabajar como para ser mejores personas.

Carmy (Jeremy Allen White) nos cuenta un mito de Sísifo renovado y adaptado a la modernidad que vivimos. Todo es inmediato y, correr a la velocidad que corren todos los demás, no siempre es posible. Por lo mismo, si bien busca paliar su dolor por la pérdida de su hermano Mike (John Bernthal) a través de salvar su legado, no puede hacerlo solo.

Debe recurrir a su hermana mayor, Sugar (Abby Elliott), para llevar las finanzas. No le queda de otra que descansar sobre el hombro de Sydney (Ayo Edebiri) como su Sous Chef. También, tiene que contar con Richie (Ebon Moss-Bachrach) para atender a sus comensales y darles la mejor experiencia posible en su restaurante.

En la nueva temporada de The Bear, que estrenó el 17 de julio, la tónica parece que se mantiene. Sin embargo, todos están al límite y, una vez más, las circunstancias los obligan a tener que trabajar en equipo para salir adelante.

La búsqueda constante de la pasión

Siguiendo la misma dirección, la pasión es un elemento decisivo en esta serie de televisión. Esta clase de oficios te eligen a ti, y no al revés. Esta gente trabaja largas e intensas horas dentro de una cocina, con calor, el tiempo en contra y sin poder parar.

Carmy lucha por encontrar su lugar en el mundo. Estuvo en la cima del mundo culinario, cuando era el chef de un prestigioso restaurante con estrella Michelin. Es decir, un lugar excepcional y singular.

Pero no le alcanzó. Carmy volvió a sus raíces, a su Chicago natal. Tuvo que lidiar con un restaurante que se venía a pique, además de viejos vínculos.

Lo mismo ocurre con el resto del cast.

Todos se esfuerzan al máximo por evolucionar y potenciar sus habilidades. El objetivo es grupal: dar el mejor servicio posible. Marcus (Lionel Boyce) viaja a Dinamarca para expandir su repertorio de postres. Es un tipo decidido a ser el mejor pastelero del momento. Y lo amamos por eso.

Tina (Liza Colón-Zayas) retoma sus clases de chef profesional. Lamentablemente, Ebraheim (Edwin Lee Gibson) no puede seguirle el ritmo. Pero lo intenta. Se presenta a clases, hasta que se hace a un lado.

Y de todas formas sigue siendo parte del equipo desde otro lugar.

Reinventarse o morir

Más allá de pensarla como una lección para todos aquellos que tienen un negocito de algo, también podemos verlo desde un punto de vista humano. La serie comienza con el Original Beef of Chicagoland en las últimas. Y Carmen ‘Carmy’ Berzatto quiere salvarlo. Porque es lo que le queda de Mike, su hermano mayor, que ya no está más porque se suicidó.

La disputa que hay entre Richie, sus cocineros y Carmy nos deja clara para dónde va la cosa. Unos no quieren hacer las cosas como este chef pretencioso dice que deberían hacerlas. Carmy, en cambio, empuja, empuja y empuja. Hay mucha terapia de choque, como se dice en la calle, para intentar meter una idea y hacer que se sostenga por encima de otra.

Sin embargo, la comunicación es la clave. Algo que Carmy y sus nuevos colegas no tienen precisamente como un fuerte. Aun así, se esfuerzan y, poco a poco, ceden a la idea de reinventarse como espacio. Tanto los momentos emotivos como los estresantes, The Bear y su reparto nos muestran la esencia humana del hombre.

Encontrar el equilibrio entre la vida personal y profesional

Carmy se obsesiona con el trabajo a niveles impensados. Es tal su pasión (y obsesión) que no puede vivir su vida por fuera de su rol de chef y dueño del Original Beef. De esta forma, descuida su salud mental y sus relaciones. Especialmente con Claire (Molly Gordon), un amorcito del pasado que reaparece en la vida del chef.

Al final de la segunda temporada, Carmy decide ghostear a Claire, priorizando la reapertura de su restaurante. Richie y Sydney no aprueban esta conducta, pero los excede. La serie muestra la importancia de encontrar un equilibrio entre las diferentes áreas de nuestra vida. El problema es que Carmen todavía no lo puede manejar.

The Bear es una serie que nos invita a reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida. Más allá de su trama entretenida, y esos momentos de tensión exorbitante, nos ofrece valiosas lecciones. La familia, la pasión, la perseverancia y la importancia de encontrar nuestro lugar en el mundo son la pulsión que motoriza esta increíble serie.

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