The Regime 1x05:

¡Otra semana, otra reseña de The Regime de Kate Winslet! Su serie está cada vez más cerca de su final de temporada y pronto conoceremos qué le depara el destino a la canciller Elena, nuestra amiga menos delulu. 

La trama se vuelve cada vez más explosiva, llegando posiblemente al clímax de toda la serie, o al menos así se siente hasta ahora. En esta última entrega, podemos ver a una Elena Verham entre la espada y la pared, acorralada y prácticamente imposibilitada de eludir las repercusiones de sus actos y, por ende, su destino.

Antes de seguir, ¿estás al día con nuestras reseñas? Si no lo estás, ya están arriba las notas acerca de los capítulos 1×01, 1×02, 1×03 y 1×04, así que sírvete algo rico y ponte al tanto de una de las últimas producciones de MAX, disponible a través de tu plan de televisión de VTR. 

La calma antes de la tormenta

Han pasado 6 meses desde la última vez que vimos a Elena. Aquí nos volvemos a encontrar con una realidad totalmente alterada, donde la línea entre la decadencia y la ilusión se vuelve difusa ante nuestros ojos. La canciller se encuentra con el sentido de la realidad más alterado que nunca, a pesar de los esfuerzos de su fiel esposo Nicky (Guillaume Gallienne).

Elena sigue inmersa en un mundo construido a su gusto, desentendiendose totalmente de lo que está sucediendo en la vida real. Entretanto, Herbert (Matthias Schoenaerts) empieza a tomar el puesto de su esposo, ¡incluso asisten a terapia juntos! pero a una bastante peculiar: terapia del sueño (querámoslo o no, no es lo más extraño que hemos visto en esta serie). 

En paralelo, las fuerzas rebeldes continúan con su avance hacia el palacio. Las protestas laborales y la agitación sindical le comienzan a respirar en la nuca a Elena, sin embargo, es incapaz de darse cuenta de que se encuentra bajo amenaza y los ruidos de las manifestaciones y los estruendos de las bombas solamente le parecen un mero ruido de ambiente. 

Shock de realidad

Los ministros, con la paciencia colmada, le demandan a Elena tomar acciones concretas de forma inmediata; sin embargo, ella solo responde con una sonrisa burlona. En este punto, ella sigue convencida de que todo está bien y que “los rumores” de que su popularidad está en declive, o que el pueblo en cualquier momento inicia una revuelta, son sencillamente fake news. Lamentablemente, no podrá seguir haciéndose la loca por siempre.

Mientras más profundamente se cae en la negación, más fuerte es el choque con la realidad. 

Cuando los detractores cortan toda comunicación con el exterior, Elena y su gobierno se ven acorralados. Herbert, en un raro momento de lucidez, le tira la firme a Elena: “Te odian y quieren matarte”. 5 palabras que logran romper la coraza del delirio.

El fin se acerca

En medio del caos se empieza a ver el túnel hacia la luz: la renuncia de Elena.

Por primera vez, la canciller comienza a considerar la posibilidad de dimitir y que otro tome su cargo. La elección es obvia: Herbert, su compañero inseparable, el que estuvo en las buenas y en las malas, su ride or die. 

Así, se pone en marcha el plan de informar la renuncia a través de redes sociales. No obstante, de un momento a otro, Elena se muestra dubitativa. Aferrada al poder, se siente incapaz de resignar. En un último intento desesperado por justificarse ante el pueblo, comienza a enumerar todos los logros de su gobierno, desafiando al teleprompter que le mostraba un mensaje totalmente distinto.

Pero, por más que se quiera, no puedes escapar del destino. El asalto al palacio de gobierno es inminente, obligando a Elena a enfrentar las secuelas de sus actos. En un intento por escapar de la situación, Herbert la lleva hasta un helicóptero que los esperaba para evacuar, pero es aquí donde se encuentra de cara con una cruel verdad: sus soldados prefieren dispararle a un compañero en la cara, antes de permitir su escape, dejándola desamparada. 

Con el palacio en llamas, el pueblo totalmente descontrolado y siendo testigo de la devastación que ella misma provocó, la realidad la vuelve a golpear: lo ha perdido todo. Consumida por la desesperación, Elena se aferra a Herbert, lo único que le queda aparentemente, pero incluso él parece distante. 

Y así, mientras el humo se disipa y el país es consumido por el caos, Elena queda atrapada en el epicentro de la destrucción, dejándonos con una reina derrotada, incapaz de aceptar su destino.

¿Qué crees que sucederá en el final de temporada?, ¿Empezará el capítulo con un texto que diga “Un año más tarde”?, ¿Veremos a Elena en cana? ¡Cuéntanos en Instagram tus teorías!